Para mi es muy grato poder anunciar esta alianza entre la Fundación Pies Descalzos y la Fundación Futbol Club Barcelona.
Y ratificar hoy más que nunca lo que vengo comprobando desde hace ya 14 años que venimos trabajando en educación con Pies Descalzos y es como la educación es la herramienta más eficiente y más veloz para cambiar el destino de un niño y el destino de familias y comunidades enteras. En Colombia hemos visto con María Emma Mejía estos años como niños que por la situación de vulnerabilidad y pobreza extrema en la que viven podrían hoy haber seguido el camino de la violencia o la delincuencia y en cambio a estos mismos niños los hemos acompañado desde el colegio hasta la universidad y hoy están en vía de convertirse en profesionales graduados y en orgullo de su comunidad.
En Estados Unidos los latinos que ya somos 54 millones, no solo representamos la minoría más grande del país sino la que más rápido crece. Nuestra comunidad necesita urgentemente de todas las herramientas posibles para que nuestros niños desarrollen todo su potencial, todos sus talentos, toda su inteligencia.
Nada mejor para lograrlo que la educación; con el fútbol de la mano aun mejor, como herramienta de integración y de desarrollo comprensivo. Con Gerard he aprendido algo sobre fútbol; he aprendido sobretodo lo que significa en el desarrollo de un ser humano cuando el deporte esta ligado a sus primeros años de vida, como ayuda a desarrollar aptitudes en los niños que empiezan desde muy temprano, aptitudes como el trabajo en equipo, el respeto a las reglas, la disciplina, la tolerancia, las ganas de conseguir llegar a la meta, acariciar la victoria y realizar sueños.
Tambien me ha explicado como en el Barca existe una verdadera integración de jugadores de varias nacionalidades, idiosincracias y creencias religiosas. Y como la unión y el llevar la misma camiseta es lo que verdaderamente importa y está por encima de cualquier distinción.
Estas charlas con él, como se imaginaran, me han hecho soñar con el día en que la humanidad pase por encima de todo aquello que nos divide. Que latinos en este país, todos sin distinción, reciban las mismas oportunidades. Y que la humanidad como el Barça lleve la misma camiseta y defienda el mismo objetivo común; el de ofrecer oportunidades de educación a todos los niños sin distinción de raza o condición social.
Esta receta fútbol y educación estoy segura es infalible: si cada niño en el mundo puede llevar consigo un libro y una pelota fútbol. Los hispanos en los Estados Unidos tenemos todo el talento, y las ganas, ahora solo nos falta más educación y más deporte para tener el balón en nuestra cancha y para lograr la mejor jugada.